¡Buenas!
Pues ya llegamos a la última parte de esta escapada a Madrid.
Este día desayunamos en Mamá Framboise de nuevo, pero esta vez en el de Fernando VI, que tiene otro rollo diferente al de Platea y siempre me gusta ir a los dos sitios si es posible 🙂
La mañana la aprovechamos para hacer otra jornada de compritas, esta vez por la zona de Gran Vía y Fuencarral ( ya os enseñaré en looks las compras) y también dimos una pequeña vuelta por la Plaza Mayor y Sol.
Otra cosa que nunca falta cuando voy a Madrid es comer en el Gourmet Experience del Corte Inglés de Callao. Es un sitio que me encanta y, aunque siempre digo que voy a probar algún tipo de comida diferente, al final siempre acabo tomando pizza, y es que las de este sitio son realmente deliciosas.
Aunque toda la zona del centro histórico ya la conozco, nunca había entrado, por así decirlo, en los Jardines de Sabatini, por lo que nos animamos a ir después de comer y me alegro muchísimo de haberlo hecho.
Realmente es precioso, es como si por un momento no estuviéramos en la capital de España, sino en algún sitio de campo bastante alejado de la urbe.
Lógicamente, no pudimos verlo entero, ya que es enorme, pero lo que vimos me encantó, me encanta la naturaleza, tenía sitios, casitas realmente preciosas, animalitos… Todo muy muy bonito, aunque anduvimos tanto que estábamos realmente agotados ya esa tarde…
Para reponer fuerzas, hicimos más tarde una paradita en otro sitio de moda de Madrid, El Columpio, que me dejó enamorada también por su estética y mimo de cada detalle del local y lo ricas que están las tartas.
Y esa noche ¡hasta hubo reunión de primas! Me hizo muchísima ilusión ver a mis primas que hacía mucho mucho tiempo que no veía y cómo ninguno hablamos… pues hasta nos «echaron del bar» jajajjaja Lo pasamos genial. Fue el gran toque final del viaje 🙂
No quiero cerrar el viaje sin hacer mención del pedazo de hotel en el que nos hospedamos. Eran como dos hoteles conectados en uno. Cada rincón era digno de fotografiar. Como podéis ver tenía hasta un piano en los pasillos, mesas para descansar súper chulas, los espejos… tenía además varias terrazas para descansar o para tomarte un cóctel o lo que fuera y no quise irme sin hacerme algunas fotos en algunas de las zonas más bonitas del hotel 🙂
Y ya, al día siguiente, tocó volver a Málaga. Con mucha penita, pero muy contenta por todo lo vivido y disfrutado. Sólo me queda decir lo que siempre digo, «hasta la próxima, Madrid» 🙂